Maria Butina, de 29 años, fue detenida el domingo en Washington, acusada de haber tejido una red de contactos para beneficiar al Kremlin en EE.UU., y debió presentarte ante la jueza Deborah A. Robinson, del distrito de Columbia, según comunicó ayer lunes el Departamento de Justicia estadounidense.
A la joven se le imputa un delito de conspiración por actuar como agente de la Federación Rusa en el país norteamericano sin haber informado a la Administración.
Tras su primera comparecencia, Butina compareció una segunda vez, ayer lunes, ante una corte federal de la capital, donde se oficializaron los cargos y se ordenó que permanezca en prisión a la espera de otra audiencia, prevista para mañana miércoles.
Según la Justicia estadounidense, la detenida puede haber trabajado con varios individuos y organizaciones influyentes en la política estadounidense. “La pena máxima por conspiración es de cinco años”, recuerda el comunicado de la cartera.
La pena máxima por conspiración es de cinco años”, señala un comunicado del Departamento de Justicia estadounidense sobre la detención de la ciudadana rusa Maria Butina, acusada de haber tejido una red de contactos en EE.UU. para beneficiar a Rusia.
La noticia de su detención se publica, no obstante, un día después del encuentro en Finlnadia entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y su homologo ruso, Vladímir Putin. El norteamericano dijo en el encuentro confiar en Putin, al “negar con rotundidad” la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
Las principales agencias de inteligencia de Estados Unidos publicaron en enero del año pasado un informe en el que se acusa a Moscú de haber orquestado una campaña de influencia para minar la confianza en los comicios del país y reducir las opciones de la candidata demócrata Hillary Clinton en el proceso.
El Gobierno ruso, sin embargo, niega enérgicamente toda participación en la supuesta trama y señala que Washington intenta, con estas acusaciones, intensificar la presión sobre Rusia.
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