“El Senado se reunirá en una semana, a partir del domingo. Con vuestra ayuda, podemos poner fin al espionaje ilegal de la NSA, de una vez por todas”.
“El Senado se reunirá en una semana, a partir del domingo. Con vuestra ayuda, podemos poner fin al espionaje ilegal de la NSA, de una vez por todas”, tuiteó al término de la sesión el senador republicano y candidato a la presidencia Randal ‘Rand’ Paul.
El texto ahora rechazado, respaldado por el presidente de EE.UU., Barack Obama, era una solución de compromiso entre los sectores más inquietos por las libertades civiles y los partidarios de poderes policiales reforzados con el fin de supuestamente garantizar la seguridad nacional, con independencia de que los congresistas fueran demócratas o republicanos.
Para su aprobación el texto requería el voto de 60 senadores, de un total de 100. Pero 42 votaron en contra, y solo 57 a favor.

De ser aprobado, las compañías telefónicas privadas hubieran tenido que conservar los ‘metadatos’, o información sobre las llamadas efectuadas en Estados Unidos, por si la NSA se los requería mediante orden judicial.
A principios de mes, un tribunal federal de apelación declaró ilegal el programa de recolección indiscriminada de datos de las llamadas telefónicas hechas en Estados Unidos, aunque se abstuvo de cancelarlo, ya que la autorización de que disponía expira el 1 de junio.
El líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, trató después de la votación de prorrogar por un corto plazo la validez de la célebre ley Patriot Act (“ley patriota”), promulgada en octubre de 2001, tras los atentados del 11 de septiembre, y en uno de los artículos de dicha ley (el 215) se basa el espionaje de la NSA.
Sin embargo, ese intento fue bloqueado por Paul y por los demócratas Ronald Wyden, representante desde 1996 del estado de Oregón (noroeste), y Martin Heinrich, elegido en 2013 por Nuevo México (sur).
Tras el bloqueo por el Senado, este deberá reunirse de nuevo el próximo día 31, a pocas horas de que la expiración imponga una “interrupción” en la recolección de datos hasta un posible acuerdo futuro.
Algunos observadores han señalado que la interrupción de un programa de seguridad estatal por la incapacidad de los parlamentarios para ponerse de acuerdo, en realidad, desprestigia EE.UU.
Hay algunos programas a los que afecta la Freedom USA cuya cancelación me preocuparía mucho, pero es obvio que cualquier cosa es mejor que suprimir la operación entera.

El senador republicano de Arizona (suroeste), John McCain, conocido fuera de su país por su implicación en distintos programas estadounidenses de desestabilización y fomento del terrorismo, por ejemplo en Siria y en Ucrania, se ha mostrado especialmente preocupado por la interrupción de dicho programa de espionaje.
“Hay algunos programas a los que afecta la Freedom USA (nombre inglés de la ley ahora bloqueada) cuya cancelación me preocuparía mucho, pero es obvio que cualquier cosa es mejor que suprimir la operación entera”, dijo ayer.
El retroacrónimo Freedom USA (“EE.UU. Libertad”) corresponde en inglés a “Ley de Unión y Fortalecimiento de Estados Unidos mediante el Cumplimiento con los Derechos y la Finalización de las Escuchas Ilegales, la Recolección Masiva y la Vigilancia en Red”.
Los metadatos recolectados por la Inteligencia estadounidense son utilizados para cometer asesinatos de Estado, como reconoció el año pasado el exdirector de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) Michael Hayden.
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