“Hillary Clinton está quedando impune en esta campaña por sus asesinatos”, declaraba el domingo uno de los manifestantes, citado por el canal iraní Press TV. Añadía que la exsecretaria de Estado “es responsable de armar a dictadores por todo el mundo”.
La protesta se realizó frente a las oficinas del barrio de Brooklyn, apenas dos días antes de las primarias del estado de Nueva York, previstas para mañana martes.
La multitud portaba banderas palestinas y pancartas con el lema “Paren a Killary”, en un juego de palabras entre su nombre de pila y la palabra inglesa kill, “matar”.
Hillary Clinton está quedando impune en esta campaña por sus asesinatos”, denunciaba el domingo una manifestante que protestaba contra la aspirante a la presidencia estadounidense Hillary Clinton
La acusan de militarizar el estado de Nueva York —del que Clinton fue senadora de 2001 a 2009, cuando fue designada jefa de la Diplomacia de Washington—, de vender armas a Arabia Saudí y de proporcionar ayuda militar al régimen de Tel Aviv.
Clinton, favorita en la carrera por representar al Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre, ha sido muy criticada por negarse, en un debate con su rival demócrata Bernard Sanders, a cuestionar incluso la violencia militar israelí contra la Franja de Gaza en 2014.

La mayoría de los candidatos presidenciales estadounidenses —y Clinton en particular— reciben grandes sumas de dinero en concepto de donaciones de campaña de parte de donantes judíos estrechamente vinculados a los sectores más radicales del régimen israelí, según numerosos observadores.
El mes pasado, dirigiéndose a la conferencia política anual del Comité Estadounidense de Asuntos Públicos de Israel (AIPAC, por sus siglas en inglés), Clinton llegó incluso a criticar al precandidato republicano Donald Trump por abogar por una postura de “neutralidad” entre el régimen de ocupación y el pueblo de Palestina.
Según la demócrata, los dirigentes estadounidenses deben mostrarse leales hacia Israel, y “a quien no entienda eso no se le ha perdido nada metiéndose a ser nuestro presidente”.
El Gobierno de Estados Unidos, muy influido por el poderoso lobby proisraelí en Washington, es criticado por servir intereses israelíes. Los grupos sionistas desembolsan cantidades astronómicas de dinero y derrochan recursos propagandísticos para orientar la política exterior estadounidense a favor de Israel.
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