“No ofrecemos tecnología para facilitar la vigilancia masiva de civiles, y hemos mantenido este principio durante más de dos décadas”, aseveró Brad Smith, presidente de Microsoft, en un mensaje interno a empleados.
Según la investigación, la unidad 8200 usó durante tres años la plataforma Azure para almacenar y analizar millones de llamadas telefónicas diarias de palestinos. Las bases de datos, con un volumen estimado de 8000 terabytes, se alojaban en un centro de datos en Países Bajos.
El sistema de espionaje era tan amplio que dentro de la unidad surgió el lema que “un millón de llamadas en una hora”. Medios revelaron que esta capacidad fue empleada no solo en Cisjordania, sino también en la guerra contra Gaza para preparar bombardeos mortales.
Tras un informe del diario británico The Guardian, Microsoft inició una revisión inmediata y decidió cortar el acceso del ejército israelí a sus servicios de almacenamiento en la nube y suscripciones de inteligencia artificial.
La medida se produce en medio de presiones de empleados de la compañía que denunciaron la complicidad de su software en crímenes de guerra. Al menos cinco trabajadores fueron despedidos por protestar en la sede de Redmond, EE.UU.
La decisión también coincidió con un informe de una comisión de la ONU que responsabilizó a Israel de cometer genocidio contra el pueblo palestino durante su invasión a la Franja de Gaza.
mep/ncl