• El canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, en Teherán, la capital, 22 de diciembre de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: lunes, 6 de enero de 2020 15:05

Irán asegura que el multitudinario funeral del general Qasem Soleimani prueba que a EE.UU. no le queda más remedio que retirarse del oeste de Asia.  

Millones de enlutados iraníes están en las calles desde el domingo para recibir el cuerpo del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), el teniente general Qasem Soleimani. El primer funeral comenzó en la ciudad de Ahvaz (sur) y luego en Mashad (noreste), este lunes en Teherán (capital) y el día siguiente en Kerman (sureste), su ciudad natal, donde yacerá en paz para siempre.

El canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, se ha referido este lunes a la masiva participación del pueblo iraní en el funeral que, según distintos medios, recuerda al del fundador de la República Islámica, el Imam Jomeini (que en paz descanse), y ha preguntado al presidente de EE.UU., Donald Trump, que si ha visto alguna vez en su vida “un mar humano”.

En un mensaje dejado este lunes en su cuenta en Twitter, el jefe de la Diplomacia iraní también ha preguntado al inquilino de la Casa Blanca que si seguía pensando que “aún podía socavar la voluntad de esta gran nación y su gente”. De igual modo, le ha preguntado que si aún deseaba “que los payasos le den asesoramientos sobre nuestra región”.

Zarif ha insinuado el inicio de la cuenta atrás del fin de la presencia estadounidense en la región, conocida como Oriente Medio, tal y como deseaba el general Soleimani. “Se ha iniciado el fin de la maligna presencia de EE.UU. en el oeste de Asia”, ha tuiteado el canciller iraní. 

EE.UU. asesinó la madrugada del viernes al teniente general Qasem Soleimani, y el subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, en un bombardeo contra el aeropuerto internacional Muhamad Alaa en Bagdad, capital iraquí.

El asesinato, ordenado por Trump, fue la gota que colmó el vaso y aceleró el proceso de la expulsión de las fuerzas estadounidenses de Irak, que se había iniciado el 30 de diciembre, cuando EE.UU. bombardeó varias posiciones del Movimiento de Resistencia Islámica de Irak, conocido como Kataeb Hezbolá, que forma parte de las unidades de Al-Hashad Al-Shabi, en el distrito de Al-Qaim, en la provincia de Al-Anbar (oeste).

Las fuerzas populares aseguraron un día después, el 31 de diciembre, que “el cobarde ataque” de EE.UU. contra sus posiciones les jugará en contra, ya que allanará el camino para el fin de la presencia estadounidense en su país.

El presidente de Irán, Hasan Rohani, a su vez, dejó claro el sábado que se ajustará las cuentas el día en que EE.UU. se retire por completo y para siempre de la región, tal y como deseaba el alto estratega iraní.

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