“Las Fuerzas Armadas de Irán, especialmente el CGRI y su Fuerza Aeroespacial, se consideran los abanderados de este movimiento y siempre se esforzarán por defender y levantar esta bandera”, afirmó el general de brigada Seyed Mayid Musavi el martes en una entrevista televisada.
En este sentido, atribuyó la determinación de la División Aeroespacial de continuar por ese camino al amplio apoyo de la nación a la causa de la resistencia, señalando que “la gran nación de Irán, a la que servimos, es la columna vertebral de este camino”.
Musavi describió al Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, como la única autoridad capaz de destacar el elevado nivel de respeto que la nación merecía.
“Sólo el Líder puede definir verdaderamente el estatus y la dignidad del pueblo porque éste (la nación) siempre ha estado atento a su mandato”, destacó.
El comandante, igualmente, identificó al ayatolá Jamenei como el legítimo heredero del legado de la Revolución Islámica de 1979 del país, que la Fuerza Aeroespacial haría todo lo posible por preservar.
“Hasta el final de nuestras vidas y mientras haya sangre en nuestras venas, continuaremos con esta gran responsabilidad de proteger la Revolución Islámica”, aseveró, señalando que la fuerza veía la Revolución desde una perspectiva “civilizatoria”.
A este respecto, el militar rindió homenaje a su predecesor, el general de brigada Amir Ali Hayizade, quien fue martirizado durante un ataque israelí contra la República Islámica el mes pasado, así como al general de brigada Hasan Tehrani Moqadam, quien realizó contribuciones indispensables para el mejoramiento de la fuerza.
Al concluir sus comentarios, Musavi subrayó además la responsabilidad que recae sobre quienes asumieron la misión de defensa del país tras la prematura pérdida de figuras tan dedicadas como Hayizade.
Su legado de “coraje y yihad (lucha)” sigue vivo en todas las operaciones del CGRI, manifestó, y agregó: “aquellos que permanecen en este camino llevan una gran misión sobre sus hombros”.
El 13 de junio, el régimen de Israel lanzó una agresión flagrante y no provocada contra Irán, asesinando a numerosos comandantes militares de alto rango, científicos nucleares y civiles y después de una semana, Estados Unidos también entró en la guerra bombardeando tres instalaciones nucleares iraníes, en una grave violación de la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y el Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear.
Las Fuerzas Armadas de Irán, incluida la Fuerza Aeroespacial, lanzaron al menos 22 fases de decididas contraofensivas frente a la guerra, apuntando a muchos sitios nucleares, militares e industriales israelíes críticos.
La represalia, que incluyó el despliegue de cientos de misiles balísticos y drones, obligó al régimen israelí a solicitar un alto el fuego sólo después de 12 días de iniciada la guerra, a pesar de haber recibido un apoyo militar y de inteligencia estadounidense sin precedentes durante todo el curso de la agresión.
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