Últimamente, alborotadores valiéndose de la muerte de Mahsa Amini —joven iraní de 22 años, acaecida el 16 de septiembre en un hospital en Teherán, días después de ser detenida por la Policía— han atentado contra el orden público, provocando disturbios e incendios en lugares públicos, además de atacar a las fuerzas de seguridad y dejar destrozos parciales y totales en propiedades públicas y privadas.
Como consecuencia, hasta el momento, 24 agentes policiales y miembros de la Organización de la Fuerza de la Resistencia Popular de Irán (Basich) han perdido la vidaa, según ha informado este lunes el diario local Iran.
Tal como afirma el rotativo, en la mayoría de los casos, estos mártires no tenían ningún medio eficaz para defenderse y solo estaban equipados con herramientas para hacer frente a los disturbios, mientras que algunas corrientes contrarrevolucionarias se infiltraron en las protestas con la intención de asesinar a las fuerzas, tras recibir entrenamiento especial para instigar a la sedición.
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