Según las fuentes que hablaron bajo condición de anonimato, la visita del canciller saudí, Faisal bin Farhan Al Saud, a El Cairo, capital de Egipto, realizada el 16 de diciembre, tuvo entre otros objetivos buscar vías para resolver este escándalo que podría socavar las relaciones entre los dos países árabes.
Las investigaciones llevadas a cabo por el poder judicial de Egipto destaparon la complicidad de tres funcionarios de la monarquía saudí con una red de tráfico de antigüedades egipcias, agregan las fuentes.
Esto no es el primer escándalo que salpica a la monarquía saudí. Muchos de los príncipes y altos responsables del Gobierno saudí están implicados en los casos de soborno, abuso de poder y corrupción, entre otros delitos.
Asimismo, la revista estadounidense Foreign Policy catalogó a principios de esta semana Arabia Saudí como la capital de los narcóticos en la región de Asia Occidental, esto mientras informes aseguran que los mayores traficantes de drogas en Arabia Saudí son figuras influyentes de los Al Saud, familia que rige el país.
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