• El presidente de EE.UU., Donald Trump, firmando un documento en la Casa Blanca, 25 de enero de 2017.
Publicada: viernes, 8 de diciembre de 2017 17:49

Los países miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) exhortan a EE.UU. a romper el ‘anacrónico’ embargo económico que impone contra Cuba.

La solicitud, dirigida al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido presentada este viernes por el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, en la apertura de la VI cumbre del Caricom, bloque conformado por 14 naciones más Cuba.

Gonsalves, antes de su discurso en el foro, había dicho que de la reunión emanará un “mensaje claro y unánime” a Trump. “El mensaje es que renuncie a ese anacronismo que rechazan los pueblos cubano y norteamericano, que es un remanente de la Guerra Fría y no va a cambiar la política cubana hacia el Caribe”, había manifestado en declaraciones a la agencia de noticias cubana Prensa Latina.

En este sentido, asevera que ya es hora de dejar de obedecer la postura de los más irracionales elementos del imperialismo, “de los políticos de La Florida”, en alusión a la mafia anticubana a la cual está alineado el magnate republicano.

El mensaje es que renuncie a ese anacronismo que rechazan los pueblos cubano y norteamericano, que es un remanente de la Guerra Fría y no va a cambiar la política cubana hacia el Caribe”, ha señalado el primer ministro del país isleño de San Vicente y las Granadinas, es decir Ralph Gonsalves.

 

A su vez, el presidente cubano, Raúl Castro, ha llamado a la unidad en la diversidad, la integración y la cooperación genuina entre los Estados caribeños para enfrentar desafíos comunes y problemas de la región y el mundo.

Por décadas, EE.UU. ha mantenido un férreo bloqueo económico sobre Cuba, y desde que Trump llegó a la Casa Blanca, además de deshacer todos los avances logrados por su antecesor, Barack Obama, ha endurecido el cerco sobre la mayor de las Antillas.

Las autoridades cubanas han denunciado en reiteradas ocasiones que la isla es blanco de injerencia en sus asuntos internos, de una retórica de confrontación y de “la manipulación política del tema de los derechos humanos” por parte de Estados Unidos.

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