El consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, el teniente general H. McMaster, ha acordado con el principal asesor de seguridad nacional de China, Chung Eui-yong, negociaciones que permitirían a Seúl construir “misiles más poderosos” para combatir a su vecino en el norte, informó el sábado el diario estadounidense The New York Times.
La construcción de misiles con mayores capacidades por Corea del Sur requiere la aprobación de Estados Unidos debido a un tratado bilateral entre ambos países. De ahí que el recién elegido presidente surcoreano, Moon Jae-in, haya pedido a Washington una rebaja de los límites del pacto en cuestión.
La propuesta de Moon tuvo lugar después de que Pyongyang lanzara el viernes un nuevo misil balístico —posiblemente intercontinental— que impactó dentro de la zona económica exclusiva nipona, en el mar de Japón (mar de Este), afirma el rotativo.
Según cálculos de expertos militares, ese último disparo norcoreano, si hubiese sido configurado para volar sobre el océano Pacífico, podría alcanzar fácilmente a las ciudades estadounidenses de Los Ángeles en la costa occidental y tal vez, hasta Chicago y Nueva York, en el este del territorio de Estados Unidos, aunque existen dudas sobre la precisión de ese misil.
Por tanto, Seúl considera necesario que sus misiles sean capaces de penetrar profundamente en Corea del Norte y puedan también impactar objetivos en China; una forma de presionar a Pekín para que frene a Pyongyang en su rápido avance de la tecnología misilística, subraya el diario neoyorquino.
A juicio de los analistas, el desarrollo tecnológico-militar de Corea del Norte ha alterado el equilibrio de poder en Asia oriental, lo que pone en peligro los intereses de Washington en la región. Mientras EE.UU. acusa a Corea del Norte de crear problemas, Pyongyang devuelve el golpe diciendo que la hostilidad de Washington en su contra ha convertido la región en un foco de tensión.
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