Se trata del segundo eclipse parcial observado en 2019. Curiosamente, este fenómeno —que se da cuando la Luna cubre el Sol parcialmente— se considera más peligroso que los eclipses totales, e incluso más que mirar directamente al Sol.
Aunque la intensidad del brillo solar no varía, el círculo negro que crea la Luna al interponerse entre la Tierra y el Sol genera un punto que permite “fijar” la mirada.
Por lo tanto, el ojo queda expuesto a la radiación por más tiempo. En este caso, la radiación ultravioleta e infrarroja puede causarnos en la visión daños que pueden pasar inadvertidos.
mkh/ncl/myd/hnb