• Lu Kang, portavoz de la Cancillería china.
Publicada: lunes, 28 de diciembre de 2015 17:33
Actualizada: lunes, 28 de diciembre de 2015 19:25

China se ha enojado por la “ocupación ilegal” de una isla en el mar de la China Meridional por parte de un grupo de filipinos.

“Estamos fuertemente descontentos con esas importantes actividades llevadas a cabo por la parte filipina (…) Una vez más instamos a Filipinas a retirar a todo su personal e instalaciones de las islas que ha ocupado ilegalmente", ha indicado este lunes Lu Kang, portavoz de la Cancillería china.

Estamos fuertemente descontentos con esas importantes actividades llevadas a cabo por la parte filipina (…) Instamos a Filipinas a retirar a todo su personal e instalaciones de las islas que ha ocupado ilegalmente", ha indicado Lu Kang, portavoz de la Cancillería china.

Añade que Pekín considera como una “violación” a la soberanía “indiscutible” que tiene sobre esa zona, la llegada de unos 50 filipinos a la isla Pagasa, en el archipiélago de las Spratly, donde han instalado desde el sábado sus tiendas de campaña.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de China además ha considerado que los filipinos pretenden "reivindicarla" como parte de su territorio.

De igual manera, ha urgido a Manila a dejar de recurrir a las medidas que socavan la paz y estabilidad en la región, asimismo, ha advertido de un posible deterioro de las relaciones bilaterales.

Un grupo de filipinos se encuentra en isla Pagasa, en el archipiélago de las Spratly, en un acto simbólico de "desobediencia", 26 de diciembre de 2015.

 

Los filipinos, que consideran ese acto un “periplo patriótico”, tienen previsto permanecer durante tres días en dicha isla, en un simbólico acto de “desobediencia”.

Un portavoz del presidente filipino, Benigno Aquino, citado en anonimato por los medios de comunicación indicó el domingo que el “Ejército está supervisando la situación y ayudará a los manifestantes si es necesario”.

El mar de la China Meridional es una extensión muy disputada del océano Pacífico. Pekín reclama casi un 90 % del territorio, en especial la soberanía de las islas Spratly (llamadas Nansha por China), una zona en la que Filipinas, Vietnam, Taiwán, Malasia y Brunéi se disputan también parte de la soberanía del territorio o las aguas.

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