Los activistas indígenas y los sobrevivientes de las escuelas residenciales canadienses, que sostuvieron reuniones con el papa Francisco en el Vaticano, esperaban, al menos, una disculpa pública por los sufrimientos infligidos a los niños indígenas durante décadas en el país norteamericano.
Sin embargo, a los representantes de los pueblos originarios de Canadá y los sobrevivientes, el discurso protocolario por parte de Pontífice les pareció insuficiente. Al respecto, lamentaron la falta de justicia durante décadas, y explicaron en qué consistió el abuso al que fueron sometidos.
Los representantes, asimismo, hablaron de los efectos psicológicos y constantes que se imponían a los niños indígenas. Más allá de los castigos físicos, los abusos o la desnutrición que sufrieron en aquellos lugares, han explicado al papa Francisco elementos de este “genocidio cultural”, pues cuando regresaban a casa no reconocían ni a sus padres ni a sus hermanos.
El sistema, que reclutó a cerca de 150 mil menores indígenas, separándolos de sus familias por la fuerza para recluirlos en centros de internados, se estableció a finales del siglo 19 y la mayoría eran dirigidos por la Iglesia católica.
Tras el hallazgo de los restos de 215 menores indígenas en un internado de la ciudad canadiense de Kamloops, en 2021, el papa Francisco se limitó solamente a expresar su “dolor” y nunca había pedido disculpas formales por ello.
shp/hnb
