En una entrevista con el canal Band TV, al responder a una pregunta sobre su expectativa sobre las posibles sanciones contra Brasil y autoridades del Gobierno o de la Justicia que podrían ser provocadas por la reciente condena del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, Lula declaró que no las teme.
El mandatario explicó que no existe déficit comercial y subrayó que “no lo temo. [...] las sanciones contra Brasil son todas falsas. Y el presidente de EE.UU., Donald Trump, sabe que lo que se ha dicho sobre Brasil es mentira”.
Asimismo, añadió que “el presidente de un país no puede interferir en las decisiones de otro Estado soberano” y advirtió que, si Trump adopta nuevas medidas, Brasil responderá en consecuencia.
De igual manera, Lula enfatizó que cualquier medida que adopte el Gobierno brasileño será una respuesta a las acciones provocativas de Washington y no una provocación.
“¿Cómo cree que se siente el presidente de Brasil cuando el presidente de otro país grava sus productos con un arancel de 50 %, alegando que tiene déficit comercial?”, contó.
En otra parte, el mandatario se refirió a la condena a Bolsonaro, y reiteró que el expresidente intentó dar un golpe de Estado y que hay “decenas y cientos de pruebas, de actos, de declaraciones, de discursos y de material escrito”, de todo lo que intentó hacer.
El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil condenó el jueves al Jair Bolsonaro a 27 años y tres meses de prisión por la intentona golpista contra el actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, ocurrida el 8 de enero de 2023.
“No se está juzgando a un hombre por el hecho de que fue presidente. Se está juzgando el comportamiento de este hombre en relación con la democracia del país”, enfatizó Lula.
Asimismo, aseveró que “el expresidente tuvo a lo largo de todo su mandato un comportamiento que desacreditó a las instituciones [democráticas]”.
Proceso contra Bolsonaro tensó lazos WBrasil-EEUU
El presidente estadounidense, Donald Trump, pidió en julio por carta a Lula que cese la que denominó como “caza de brujas” contra Bolsonaro, y basó en parte en ello su decisión de aplicar aranceles de castigo del 50 por ciento a las exportaciones brasileñas a Estados Unidos.
En respuesta, el Gobierno de Brasil condenó y rechazó las amenazas de la administración Trump de imponer sanciones económicas y recurrir al uso de la fuerza militar bajo el pretexto de proteger la libertad de expresión.
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