El Gobierno de Brasil, presidido por Luis Inácio Lula da Silva, autorizó a los buques de guerra iraníes IRIS Makran e IRIS Dena atracar el domingo en Río de Janeiro y permanecerán allí hasta el próximo 4 de marzo.
Nada más conocerse la medida, Estados Unidos y el régimen de Israel cargaron contra el Gobierno de Lula; mientras el portavoz de la cancillería del régimen de Israel, Lior Haia, alertó de un “acontecimiento peligroso”, el senador estadounidense Ted Cruz exigió sanciones contra el gigante suramericano.
No obstante, Celso Amorim, asesor especial para asuntos internacionales de la Presidencia de Brasil, catalogó de “sorprendente” la reacción de Washington y el régimen de Tel Aviv, dejando en claro que no hay razones para pensar que los barcos estén participando en una actividad ilegal e ilegítima.
“Irán no es nuestro enemigo; tenemos relaciones normales, buenas, con Irán, y estamos actuando de acuerdo con el derecho marítimo internacional, es una decisión soberana nuestra”, acentuó el viernes el también excanciller en declaraciones al diario local O Globo.
El martes, la embajada iraní en Brasil informó en un comunicado que la flotilla dará una vuelta al mundo en una “misión de paz” y su visita a Brasil se enmarca en la política de cooperación de Teherán “con países amigos” para impulsar la seguridad de las rutas de comercio marítimo.
El servicio de noticias del foro norteamericano United States Naval Institute (USNI News), citando a expertos estadounidenses, publicó el mismo martes que la decisión de permitir que los buques de guerra iraníes anclen en el puerto de Río de Janeiro es una victoria para Teherán.
tqi/ncl/mkh