• El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, durante una rueda de prensa en el Palacio de Planalto, Brasilia, la capital, 18 de marzo de 2020.
Publicada: domingo, 5 de abril de 2020 14:00
Actualizada: domingo, 5 de abril de 2020 14:34

El COVID-19 aísla y debilita cada vez más al presidente brasileño, puesto que es el único mandatario que hasta el último momento minimizó los impactos del virus.

Mientras se incrementa la propagación del brote del nuevo coronavirus, denominado COVID-19, en Brasil, la popularidad del presidente del país sudamericano, Jair Bolsonaro, se reduce debido a la gestión que está haciendo de la crisis y a las opiniones que está expresando al respecto, a lo que se suma el hecho de que sus ministros y las Fuerzas Armadas están cuestionando la respuesta del mandatario.

La cúpula de las Fuerzas Armadas anunció la semana pasada que analiza distintos escenarios para reemplazar a Bolsonaro; además, un grupo de juristas presentó una denuncia ante la Corte Penal Internacional (CPI) contra el presidente de Brasil por su gestión ante la situación que vive el país por la propagación del nuevo coronavirus.

No obstante, ¿qué ha hecho Bolsonaro ante esta situación? Los informes y varios expertos denuncian que el mandatario brasileño se negó a admitir que su país y también todo el mundo están ante una crisis seria, una crisis que podría necesitar una respuesta extraordinaria. “Hay mucho de fantasía. El coronavirus no es todo lo que los grandes medios difunden”, así se expresó Bolsonaro a principios del pasado mes de marzo.

Estos hechos tienen lugar mientras Brasil encabeza la lista de los afectados y fallecidos por el COVID-19 en toda América Latina; hasta el momento, se han registrado 10 360 casos y 445 muertos en el país sudamericano.

 

De igual modo, varios reportes revelan que, cuando habían transcurrido dos semanas de la confirmación del primer caso de la enfermedad en Brasil y todos sabían del peligro que amenazaba al país, Bolsonaro no adoptó medidas de contención y habló del tema como si se tratara de un problema ajeno que no iba a pasar en Brasil.

Esto sucedió cuando incluso el aliado de Bolsonaro, el presidente estadounidense, Donald Trump, que había minimizado la gravedad del COVID-19 y su impacto, al fin admitió que tal pandemia es una guerra y que hay que estar preparados para hacerla frente.

Tras todo lo expuesto, Bolsonaro experimenta una gran caída en su grado de popularidad y la mayoría de los brasileños rechaza cómo está gestionando la pandemia del COVID-19.

De hecho, una encuesta realizada esta semana por Datafolha reveló que la aprobación de Bolsonaro ha seguido una tendencia a la baja y disminuido a un 33 por ciento. También indicó que el ministro brasileño de Salud, Luiz Enrique Mendetta, es más fiable para los brasileños, con un nivel de aceptación popular del 76 por ciento.

Por otro lado, la Asociación Brasileña de Juristas por la Democracia (ABJD) informó el viernes que, en su denuncia ante la CPI, ha destacado que Brasil está siendo gobernado por un presidente “totalmente irresponsable”, que comete crímenes de lesa humanidad ante la crítica situación que vive el país.

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