El objetivo de las medidas de ajuste es tranquilizar los negocios, preservar los avances sociales de la última década y mantener los empleos y los programas de distribución de ingresos”, dice el ministro brasileño de Hacienda.
El líder del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) en la Cámara de Diputados, José Guimarães, ha afirmado que su agrupación respaldará las medidas de ajuste del Ejecutivo, ya que lo que está en juego es retomar el crecimiento de la economía.
Según un vocero gubernamental, gracias a las reuniones mantenidas recientemente entre miembros del Gobierno y los legisladores, existe cierto nivel de acercamiento y se espera la aprobación de algunas partes del proyecto.
De acuerdo con el ministro brasileño de Hacienda, Joaquim Levy, el objetivo de las medidas de ajuste es tranquilizar los negocios, preservar los avances sociales de la última década y mantener los empleos y los programas de distribución de ingresos.

En tanto, los gremios brasileños rechazan el plan del Gobierno, que afecta negativamente el bienestar de los brasileños e incluso impone un impuesto a las riquezas.
Tras el inicio de su segundo mandato como presidenta de Brasil, el pasado 1 de enero, Dilma Rousseff propuso medidas de recortes de gastos y aumento de impuestos, así como de lucha contra la corrupción en el país.

Al dar comienzo a la primera reunión del Gabinete de su segundo mandato, la mandataria apuntó que el Gobierno necesitaba “reequilibrar” las cuentas públicas, y que lo haría de forma “gradual”, sin perjudicar los derechos laborales, que “son intocables”.
“Demostraremos a cada ciudadano brasileño que no hemos cambiado ni un sólo milímetro nuestro compromiso con el proyecto impulsado hace 12 años”, prometió Rousseff, quien recordó que, para este año, la meta del Gobierno es lograr un superávit primario del 1,2 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Sin embargo, la medida ha recibido un fuerte rechazo tanto por parte de las autoridades como del pueblo, haciendo caer la popularidad de Rousseff notablemente.
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