Según ha reiterado Rousseff, su iniciativa pretende aumentar “el valor del salario mínimo” y ayudar al país a encontrar una salida a las dificultades económicas que ha aquejado a los ciudadanos brasileños.
“El Gobierno sabe que el ajuste es fundamental para Brasil, pero eso no significa que no se vayan a mantener las políticas sociales”, ha asegurado la dignataria brasileña.
El Gobierno de Rousseff ha adoptado medidas de austeridad para reducir el déficit fiscal de Brasil y salvar el codiciado grado de inversión de las agencias calificadoras, una propuesta que se ha enfrentado al rechazo de casi la mayoría de los ciudadanos.
Según ha reiterado Rousseff, su iniciativa pretende aumentar “el valor del salario mínimo” y ayudar al país a encontrar una salida a las dificultades económicas que ha aquejado a los ciudadanos brasileños.
Las encuestas publicadas el lunes, muestran que un 59,7% de los brasileños apoya un juicio político contra la presidenta y su destitución, mientras que 34,7% se mostró a favor de la gestión de la mandataria.
La popularidad de Rousseff, que comenzó su segundo mandato en enero, ha caído por el caso de corrupción en la compañía petrolera estatal Petrobras y la mala situación que se ha registrado el país en el 2014.
Hasta el momento, la Policía ha apresado a exdirectivos y a un grupo de empresarios vinculados con el escándalo de corrupción e investiga a más de cincuenta políticos, en su mayoría oficialistas, que presuntamente se beneficiaron del desvío de fondos y aceptaron sobornos.
mjs/rha/hnb