El gobierno de facto boliviano, encabezado por Jeanine Áñez, urgió a Argentina el estricto cumplimiento de las normas internaciones sobre asilo y refugio político en el caso del mandatario depuesto de Bolivia, Evo Morales, en particular en lo relacionado al proselitismo político del líder socialista.
“Esperemos que Argentina cumpla rigurosamente con los principios y las normas del derecho de asilo, así como el derecho de refugio, y no como ocurrió en México, donde Evo Morales tenía un micrófono abierto para hacer política”, dijo el jueves la canciller interina de Bolivia, Karen Longaric, durante una conferencia de prensa en La Paz, capital administrativa del país.
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Las declaraciones de Longaric se produjeron luego de darse a conocer que Argentina le había otorgado el estatus de refugiado a Morales el mismo jueves. El exmandatario llegó a México el 12 de noviembre, tras haber renunciado a la Presidencia de Bolivia el 10 de noviembre, y después de pasar casi un mes exiliado en el país azteca y unos días en Cuba.
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La funcionaria indicó también que el gobierno de facto conocía desde el miércoles el plan de viaje de Morales a Argentina y que el jueves recibió la confirmación de su llegada a Buenos Aires.
Por su parte, el presidente depuesto y también jefe de campaña del partido Movimiento Al Socialismo (MAS) dijo en Twitter que su traslado a Argentina era “para seguir luchando por los más humildes y para unir a la Patria Grande (las naciones hispanoamericanas)”.
El Gobierno argentino, presidido por Alberto Fernández, al informar de que le había otorgado la condición de refugiado a Morales, advirtió claramente que al exmandatario no se le autorizaba a emitir ningún tipo de comentario político durante su estadía en el país austral.
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