En una entrevista en The Brink Podcast, Cohen, director de la agencia de espionaje israelí (el Mossad) entre 2016 y 2021, presumió de que las agencias de inteligencia del régimen sionista desarrollaron entre 2002 y 2004 herramientas de vigilancia y sabotaje que pueden recopilar datos de usuarios y también “eliminar” físicamente blancos, incluidos ciudadanos estadounidenses.
De hecho, ha dicho que, según la percepción del régimen de Tel Aviv sobre una amenaza, como el simple hecho de ser acusado de “antisemitismo verbal”, puede convertir a una persona en un objetivo para la aplicación de dichas herramientas.
“¿Saben cuánto equipo ‘tratado’ tenemos ahora en diversos países? No se lo pueden imaginar — pero yo sí. Eso es un nivel de inteligencia inmenso”, afirmó el exjefe del Mossad y añadió que dedicó día y noche a esta tarea durante más de 38 años.
Pese a estas avanzadas capacidades de espionaje, Cohen admitió el fracaso para prevenir el ataque del 7 de octubre de 2023 por parte del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) y argumentó que la inteligencia en la sitiada Franja de Gaza era “pobre” y que su solicitud personal para supervisarla había sido bloqueada.
Más allá de la vigilancia, Cohen advirtió que Israel está preparado para eliminar a ciudadanos estadounidenses o a cualquier otra persona que considere responsable de antisemitismo, que amenaza su existencia.
También describió cómo la estrategia mediática de Israel fracasó a nivel internacional, citando una proporción de 54 a 1 entre contenido propalestino y proisraelí en plataformas como TikTok.
En septiembre de 2024, decenas de personas, incluyendo niños, murieron y otras 4000 resultaron heridas debido a las explosiones de buscapersonas y walkie-talkies israelíes. Entre las víctimas se encontraban muchos miembros del movimiento de resistencia libanés Hezbolá.
Las explosiones mutilaron a un número considerable de víctimas, principalmente con lesiones oculares y en las extremidades.
Esta atrocidad se produjo como parte de la agresión del régimen israelí contra el Líbano, que causó la muerte de 3130 libaneses antes de finalizar en noviembre de 2024 tras el alto el fuego.
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