Así ha declarado el secretario general de la Liga Árabe (LA), Ahmed Aboul Gheit, en una reunión mantenida el domingo con la Coordinadora Principal de Asuntos Humanitarios y de Reconstrucción para Gaza, Sigrid Kaag, en la sede del bloque árabe en El Cairo, capital de Egipto.
Aboul Gheit atribuyó el deterioro de las condiciones humanitarias en Gaza, que es desde hace casi cinco meses el blanco de brutales bombardeos israelíes, a “la luz verde que algunas potencias importantes dieron a Israel para practicar la agresión de una manera tan espantosa e inhumana”.
Al señalar que la comunidad internacional comparte la responsabilidad por la tragedia que se desarrolla en Gaza, el alto responsable de la Liga Árabe puso de manifiesto que la máxima prioridad es alcanzar un alto el fuego inmediato, detener el derramamiento de sangre y prevenir una posible hambruna en el bloqueado territorio palestino.
Kaag, por su parte, ofreció una descripción detallada de la situación humanitaria en Gaza y abordó con el titular del organismo árabe posibles vías de llevar ayuda al sitiado enclave palestino.
Varios medios de comunicación anunciaron el domingo que representantes de Estados Unidos y Catar habían llegado a El Cairo para mediar en las conversaciones indirectas entre el movimiento de resistencia palestino Hamás e Israel.
En esta misma línea, medios egipcios citaron a un funcionario anónimo de HAMAS afirmando que si el régimen israelí acepta satisfacer las demandas del movimiento de la Resistencia palestina, incluida la retirada militar de la entidad ocupante de Gaza y el aumento de la ayuda humanitaria, la medida “allanará el camino para un acuerdo dentro de las próximas 24-48 horas”.
Israel lanzó su guerra genocida en Gaza el 7 de octubre después de que los grupos de la Resistencia palestina liderados por HAMAS lanzaran la sorpresiva operación Tormenta de Al-Aqsa contra la entidad ocupante en respuesta a décadas de crímenes y ocupaciones del régimen israelí y su intensificada violencia contra los palestinos.
Desde el inicio de la ofensiva, los violentos ataques israelíes han dejado 30 534 palestinos asesinados, en su mayoría mujeres y niños, y más de 71 920 heridos.
El régimen de Tel Aviv también ha impuesto un “asedio total” al territorio, cortando el combustible, la electricidad, los alimentos y el agua a los más de dos millones de personas que viven allí.
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