En un mensaje de Twitter, Jaled bin Talal bin Abdul Aziz Al Saud ha criticado el apoyo de su país al Ejército egipcio en la defenestración del presidente Mursi, y ha advertido que la expulsión de Mursi podría ser vista como una autorización para aquellos que planean la caída del rey Abdolá bin Abdelaziz.
Después del pasado 3 de julio, cuando el Ejército egipcio derrocó al expresidente Mohamad Mursi, el Gobierno de Riad ha mostrado, de forma evidente, su total apoyo a la cúpula militar del país norteafricano.
Con fecha anterior, el presidente del Consejo Egipcio de Asuntos Exteriores, Mohamad Ibrahim Shaker, había confirmado el apoyo de Arabia Saudí, a favor del golpe militar en Egipto. Arabia Saudí es un aliado cercano del expresidente de Egipto Hosni Mubarak, quien fue derrocado en las revueltas del año 2011.
Tanto es así que el Gobierno de Riad acogió la destitución de Mursi y junto con los Emiratos Árabes Unidos (EAU) mostró su disposición a asistir a Egipto con una ayuda financiera, equivalente a 5000 y 3000 millones de dólares, respectivamente.
Asimismo, un gran número de líderes árabes ha respaldado tácitamente la represión mortal del Ejército egipcio contra la Hermandad Musulmana (partido de Mursi), pues temen que la influencia regional del grupo amenace su propio poder.
Desde la destitución de Mursi por el Ejército, el país norteafricano ha sido escenario de mortales enfrentamientos entre partidarios y detractores (apoyados por el Ejército) de Mursi; conflictos que han dejado más de 1100 muertos y 6000 heridos.
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