Cerca de 200 personas asistieron a un evento en la ciudad turca de Estambul para honrar la memoria del asesinado periodista saudí, Jamal Khashoggi. Entre los participantes se encontraban destacadas figuras políticas y de la prensa. Condenaron su asesinato y abogaron por la libertad de expresión, exigiendo justicia para khashoggi.
El periodista de 59 años, muy crítico con el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud, fue asesinado el 2 de octubre en el consulado saudí de Estambul, donde fue a arreglar una serie de papeles para contraer nuevas nupcias.
Inicialmente, Riad insistió en que Khashoggi había dejado el consulado, pero más de dos semanas después, admitió que el periodista había sido asesinado dentro del edificio. Riad alega que todo ocurrió durante una operación no autorizada y sobre la que el príncipe heredero no había sido informado.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha acusado a los “niveles más altos” del Gobierno saudí de ordenar el asesinato. Erdogan confirmó el sábado la existencia de una grabación de momentos antes del asesinato de khashoggi. Dijo que la compartió con Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y la propia Arabia Saudí.
El asesinato despiadado de khashoggi ha desatado la indignación internacional. Arabia Saudí, desprestigiada ya por sus crímenes en Yemen, ha cambiado su narrativa sobre el crimen varias veces en medio de la protesta y la intensificación del escepticismo en torno a su versión de los hechos. Sea cual sea la versión verdadera, no cambia la realidad de que el sistema monárquico no tolera una voz opositora.
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