Rusia la cataloga como una “tragedia”, mientras desde Europa advierten sobre la necesidad de adquirir mayor autonomía militar.
La situación parece encaminándose hacia normalidad en Kabul y otras ciudades, después de que Estados Unidos sacara a sus últimos soldados de Afganistán, tras casi dos décadas de fracasada invasión.
Las reacciones no tardaron en llegar. Vladimir Putin, el presidente de Rusia, denunció que la intervención militar estadounidense dejó “solo tragedias y pérdidas”.
A su vez, Charles Michel, el presidente del Consejo Europeo, dijo que la crisis en Afganistán demostró la necesidad de que el bloque comunitario haga mayores esfuerzos para lograr más autonomía militar y no ser dependiente de Estados Unidos.
Diferentes gobiernos y organizaciones pro derechos humanos han condenado, asimismo, los 20 años de ocupación estadounidense de Afganistán, que no trajo nada más que muerte, destrucción y crisis humanitaria para los afganos.
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