La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés) ha presentado el informe 2017 sobre víctimas civiles en el conflicto afgano, en el que revela que 3438 civiles murieron —incluidos 359 mujeres y 861 niños— y otros 7015 resultaron heridos debido a los atentados suicidas, las minas y otros artefactos explosivos.
Según el texto, el 65 por ciento de las muertes civiles se produjeron a causa de ataques de grupos armados: el 42 por ciento fue obra de los talibanes, y el 10 por ciento del grupo terrorista EIIL (Daesh,en árabe). También un 13 por ciento restante lo asoció con otros insurgentes o no pudo confirmar la agrupación implicada.
Asimismo, informa del aumento del número de los ataques aéreos llevados a cabo por las fuerzas extranjeras y la fuerza aérea afgana. “La UNAMA documentó 631 bajas civiles por operaciones aéreas realizadas por fuerzas progubernamentales, un aumento del 7 % desde 2016”, según el comunicado.
La UNAMA documentó 631 bajas civiles por operaciones aéreas realizadas por fuerzas progubernamentales, un aumento del 7 % desde 2016”, según el comunicado de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán sobre la cifra de bajas civiles en 2017 en Afganistán.
En 2001, Washington y sus aliados invadieron Afganistán en el marco de la llamada “guerra contra el terrorismo” pero la inseguridad, pese a la presencia de miles de soldados extranjeros sigue imperando en gran parte del territorio afgano.
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