“Las conclusiones del informe son injustas y las refutamos”, ha declarado el grupo Talibán a través de un comunicado, reivindicando que las fuerzas del Gobierno de Kabul pueden haber contribuido a la escalada de la violencia en el país durante el año pasado.
Las críticas se han producido después de que un informe elaborado por UNAMA atribuyera el miércoles un 72 por ciento de las víctimas civiles en este país asiático a los talibanes y otros grupos militares.
Más adelante, el comunicado ha hecho hincapié en que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no destaca los crímenes perpetrados por las tropas gubernamentales afganas contra los civiles.
En este contexto, el representante especial de las Naciones Unidas para Afganistán, Nicholas Haysom, sostuvo también el miércoles que el aumento de los muertos y heridos en 2014 da fe de un incumplimiento de los compromisos para proteger a los civiles.
Los últimos registros indican un importante aumento del número de heridos en 2014, en comparación con el año anterior, cuando los combates causaron 8637 víctimas civiles, entre muertos y heridos.
El aumento de la cifra de muertos en Afganistán ha puesto de relieve que los 10 mil 800 soldados estadounidenses que siguen en suelo afgano para entrenar a las fuerzas del país y luchar, según alega Washington, contra Al-Qaeda y el Talibán no han conseguido su objetivo de paz.
En 2001, Washington y sus aliados invadieron Afganistán bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo. La ofensiva apartó del poder a los talibanes, pero la inseguridad, pese a la presencia de miles de soldados extranjeros, sigue ausente en todo su territorio.
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