“Hasta ahora no hemos conseguido un acuerdo con la parte saudí sobre la liberación de los presos, la resolución de los expedientes humanitarios, la apertura de los aeropuertos y muelles y el pago de los salarios de los empleados”, indicó Ali al-Qahoum, miembro del buró político del movimiento popular yemení Ansarolá, aludiendo a los escollos en el proceso de conversaciones entre Saná y Riad.
En este sentido, alabó los esfuerzos del mediador omaní para avanzar las negociaciones y dijo que la parte yemení tiene mucha flexibilidad en varios asuntos.
“Estamos buscando un mecanismo sostenible para aliviar el sufrimiento del pueblo yemení”, afirmó el miembro del buró político de Ansarolá en sus declaraciones a la agencia de noticias libanesa Al Mayadeen.
Al-Qahoum puso de relieve que el curso de los acontecimientos y las negociaciones son “positivos” e instó a Arabia Saudí a tomar en cuenta los intereses mutuos de los dos países y convertirse en un pacificador y dejar de lado su papel de líder de la coalición que agrede desde 2015 a la nación yemení.
Sostuvo que recientemente han cambiado totalmente los avatares en la región, por tanto, ha llegado el tiempo de que Arabia Saudí cambie sus políticas y se transforme en un amigo estratégico de Yemen.
Desde el marzo de 2015, Arabia Saudí, en forma de una coalición de varios países árabes, incluidos los Emiratos Árabes Unidos (EAU), y con la ayuda armamentística y la luz verde de Estados Unidos, lanzó extensos ataques contra Yemen.
Tras ocho años de agresión militar, que dejó miles de muertos y en ruinas la infraestructura en Yemen, la coalición agresora no solo no ha logrado sus objetivos, sino que se ha visto obligada a reducir su ofensiva debido a la contundente respuesta con misiles y drones de las Fuerzas Armadas yemeníes que incluso han llegado al mismo corazón de los países atacantes.
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