Caracas ha nombrado recientemente a José Rafael Silva Aponte como su embajador en Teherán (capital iraní); él participó en la rebelión cívico-militar de 1992, gesta liderada por el entonces teniente coronel Hugo Chávez en contra del régimen de Carlos Andrés Pérez.
Así lo señala un documento presentado la semana pasada por la secretaria de la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, Rosalba Gil, quien comunicó la propuesta del presidente venezolano, Nicolás Maduro, a Timoteo de Jesús Zambrano, presidente de la Comisión Permanente de Política Exterior del Parlamento.
El ahora diplomático Silva Aponte fue comandante de la Fuerza Aérea de Venezuela desde 2020 e hizo carrera militar desde 1992.
Presentación del Plan de Trabajo, excelentísimo Embajador José Rafael Silva Aponte, ante la República Islámica de Irán.
— Com. de Política Exterior, Soberanía e Integración (@CPPESI_AN) July 28, 2022
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Además, él fue compañero de uno de los tripulantes del avión venezolano Boeing 747 retenido en Argentina con miembros iraníes y venezolanos de su tripulación.
Dicho avión ingresó en Argentina el pasado 6 de junio procedente de México, haciendo escala en Venezuela, para trasladar cargamento a una empresa automotriz, y dos días después despegó para ir a Uruguay a cargar combustible, pero aterrizó nuevamente en el aeropuerto argentino de la localidad bonaerense de Ezeiza porque el país vecino no habilitó su aterrizaje.
Las petroleras argentinas no cargaron combustible al avión y Buenos Aires afirmó que la aeronave era propiedad de la empresa iraní Mahan Air, sancionada por EE.UU. desde 2011. Unos días después, un juez ordenó retener los pasaportes e impedir la salida del país de los miembros de la tripulación —cinco iraníes y 14 venezolanos— en el marco de una causa sin base por posibles vínculos con el terrorismo internacional.
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