Tal medida ha provocado la fuerte condena de la población local, que vive bajo la presión de una economía afectada por esta situación.
Desde el año 2014, cuando Estados Unidos y sus aliados, con el pretexto de luchar contra el grupo terrorista Daesh, invadieron a Siria, comenzaron a robar y contrabandear el crudo sirio en las regiones petroleras de este país árabe, acción que continúa hasta ahora y ha provocado la fuerte ira de los sirios.
Tal postura estadounidense no solo afecta a la situación petrolera del país árabe, sino que directamente causa graves daños a la economía nacional de Siria.
El robo de los recursos sirios, y lo peor, pasarlos de contrabando a otros países, como Irak, alimenta cada día más los desastres humanitarios en este país árabe.
En este contexto, el Gobierno sirio denunció, el pasado 5 de diciembre, que Estados Unidos y las milicias terroristas que patrocina habían robado el 80 % del petróleo del país, mientras que alega proteger los pozos de crudo de los terroristas.
Todo esto ocurre mientras Damasco ha condenado en reiteradas ocasiones que la presencia del país norteamericano constituye una violación absoluta de su soberanía y asegura que utilizará su derecho a responder a la ocupación como mejor le parezca.
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