Según informa este lunes la cadena de televisión libanesa Al-Mayadin, la multitud congregada en los respectivos centros de las localidades de Al-Hasaka y Al-Qamishli, ambas situadas en el noroeste de Siria, han pedido al mandatario sirio, Bashar al-Asad, que se presente a las próximas elecciones presidenciales del país árabe.
Los manifestantes, quienes portaban placartes exigiendo la retirada inmediata de las tropas estadounidenses y turcas del territorio sirio, han expresado su disposición a organizar una resistencia popular para expulsar a estas fuerzas ocupantes junto a sus filiales grupos terroristas de cualquier rincón de Siria, reporta el medio libanés.
Las políticas sancionatorias de carácter paralizante que los estadounidenses vienen imponiendo desde hace más de 40 años contra el pueblo sirio solo sirven para aumentar su resistencia, han coreado los asistentes que han dejado claro que estas medidas restrictivas no les impedirá participar activamente en las próximas elecciones presidenciales, agrega el informe.
Las personas concentradas en sendas plazas sirias han resaltado que Al-Asad será reelegido como el próximo presidente de Siria, al tiempo que han demandado a EE.UU. de que ponga fin a sus medidas punitivas y deje de expoliar los recursos naturales del pueblo sirio y, en definitiva, salga del país árabe.
Adema, han requerido de la apertura de una vía de diálogo nacional entre las diferentes fracciones sirias que conlleve y fomente en la dirección de que el Ejecutivo de Damasco pueda volver a gobernar sobre todo el territorio sirio por igual, y sin que haya más injerencia por parte de actores regionales e internacionales.
Desde 1979, el Ejecutivo sirio ha pasado por repetidas etapas de sanciones económicas. Desde entonces, los sucesivos gobiernos de Estados Unidos en su intento de someter a Damasco no han escatimado esfuerzos para hacer un cambio forzado mediante la toma de sus draconianas medidas restrictivas que se han encrudecido con la nueva tanda de sanciones estadounidenses en el marco de la llamada “Ley César”, impuesta por la anterior Administración republicana de Donald Trump y respaldada sin matices por el actual Gabinete demócrata de Joe Biden.
Washington no solo ha respaldado a grupos extremistas para propagar su terrorismo en el suelo sirio, sino que también se ha propuesto a saquear los campos petrolíferos, situados en el norte del país árabe, a fin de impedir al Gobierno de Damasco de poder contar con este recurso económico para la reconstrucción de Siria.
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