Conforme anuncia este viernes la agencia siria oficial de noticias, SANA, la agresión turca se efectuó con artillería pesada contra las aldeas de Dada Abdul Wam Harmal y las cercanías de la ciudad de Abu Rasin, al este de Ras al-Ain, en Al-Hasaka, sita en el noreste de Siria.
Los bombardeos de las fuerzas turcas causaron daños materiales en casas y propiedades de civiles sirios, además de provocar un estado de pánico y miedo entre los lugareños, agrega el medio, citando a uno de sus corresponsales.
Entretanto, los residentes en la ciudad de Tal Tamir, en Al-Hasaka, organizaron una manifestación masiva para condenar el aumento de los bombardeos y ataques diarios de las fuerzas turcas en dicha zona, tal y como indicó el jueves el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Turquía ataca con frecuencia las infraestructuras de las aldeas y ciudades sirias en Al-Hasaka, forzando a los civiles de la zona a desplazarse. Es más, las tropas turcas y los grupos armados y extremistas que apoyan cortan el suministro de agua potable a los sirios residentes de dicha provincia, en medio de temores a la propagación del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
Las autoridades sirias advierten que los crímenes que comete Turquía contra Siria tiene por meta robar los cultivos agrícolas, desplazar a los sirios de sus hogares para luego asentar en ellos a sus mercenarios.
Repudiando los crímenes de Ankara, el presidente sirio, Bashar al-Asad, ha defendido en múltiples ocasiones el derecho inalienable de Damasco de recuperar el control de cada centímetro del país de toda fuerza invasora y ocupante.
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