• Pistola de artillería autopropulsada turca dispara contra objetivos del Ejército sirio en Idlib, noroeste de Siria, 28 de febrero de 2020. (Foto: AFP)
Publicada: domingo, 1 de marzo de 2020 10:32

Turquía desempeña un rol destructivo en el conflicto sirio, con apoyo financiero y militar a extremistas, dificultando la lucha antiterrorista que libra Siria.

Según un artículo publicado el sábado por el diario turco Ahval, Turquía se presenta como una víctima de la guerra en Siria, en particular tras la muerte de 33 de sus soldados en ataques aéreos del Ejército sirio, mientras en realidad es la parte agresora.

Desde el inicio del conflicto sirio en 2011, Turquía, junto a ciertos países de la región, incluyendo Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), además de países occidentales, entre ellos EE.UU., han apoyado a los grupos terroristas en Siria.

En su momento, echó leña al fuego de la guerra, con el suministro de armas a los terroristas que luchaban contra el Gobierno sirio, e interviniendo militarmente en el norte del país árabe, con el consecuente desplazamiento de millones de personas.

El último enfrentamiento en el que murieron los aludidos soldados turcos, señala la fuente, es el resultado directo de los cálculos erróneos del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que creía que las fuerzas sirias y sus aliados no tomarían acciones ante su intervención en la provincia de Idlib (noroeste de Siria).

 

Ahora, Erdogan quiere que más elementos se impliquen en su nuevo aventurismo, aplicando el artículo 5 de la Carta de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que indica que un ataque contra un miembro de la Alianza es un ataque contra todos.

La petición de Turquía a la OTAN para ejercer los acuerdos de defensa mutua es “cínico y egoísta”, considera Ahval.

Turquía intensificó la guerra civil con huestes de extremistas importados y cuando el conflicto se profundizó y millones de refugiados se volcaron a Turquía, Erdogan extorsionó a la Unión Europea (UE) para la gestión de la crisis de refugiados, que ayudó a crear.

De hecho, Ankara despreció la participación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el proceso de Astaná (Rusia, Turquía e Irán son los países garantes del proceso de Astaná), y encolerizó a Estados Unidos, gastando 3000 millones de dólares en la compra de armas a Rusia.

Pero, el sábado, Erdogan cumplió su reiterada amenaza de abrir las fronteras a los refugiados sirios que anhelan llegar a Europa, como una forma de presión para hacerse con el apoyo de la Unión Europea en Siria.

Miles de migrantes atrapados en la frontera entre Turquía y Grecia, 29 de febrero de 2020

 

El mandatario turco ha exigido varias veces a su par ruso, Vladimir Putin, cesar su apoyo a Damasco y ha obstaculizado el avance del Ejército sirio en su lucha para eliminar a los grupos terroristas, sobre todo en Idlib.

En esta misma línea, Damasco denunció los intentos de Ankara por “ocupar, colonizar e intervenir en los asuntos internos de Siria”.

De acuerdo con varios expertos y analistas en asuntos de Asia Occidental, tales medidas de doble rasero de Erdogan podrían hacer que Turquía se metiera en un pantano difícil de salir.

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