“Estamos en contra de una clasificación absoluta de los grupos. Lo más importante es entender por qué se armaron esos grupos, sus metas y motivos”, ha indicado el ministro catarí de Asuntos Exteriores, Jaled bin Mohamad al-Attiyah.
Estamos en contra de una clasificación absoluta de los grupos. Lo más importante es entender por qué se armaron esos grupos, sus metas y motivos”, anuncia el ministro catarí de Asuntos Exteriores, Jaled bin Mohamad al-Attiyah.
El jueves, el canciller sirio, Walid al-Moalem, indicó que Damasco exige conocer la lista de los grupos opositores invitados a la nueva ronda de diálogos de paz antes de formar su delegación.
En una rueda de prensa conjunta celebrada este viernes en Moscú (capital de Rusia) con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, Al-Attiyah ha transmitido la postura negativa de Doha ante el presidente de Siria, Bashar al-Asad, al que ha tachado de “ilegítimo”.
El diplomático catarí ha dejado claro que Al-Asad no debe encabezar la futura Siria. “No vemos que Al Asad pueda ocupar un lugar en el futuro de Siria”, asegura.

Rusia aboga por diálogos en Siria a nivel nacional
Por su parte, Lavrov ha considerado crucial que una amplia gama de grupos opositores participen en la nueva ronda de diálogos, que busca el fin de la crisis de Siria, cuando esta ya ha cumplido más de cuatro años.
De igual manera, el canciller ruso ha reiterado que solo los sirios, y ningún otro país, tienen derecho a determinar el futuro tanto de su propio país como de su presidente.
Lavrov ha resaltado que el Kremlin mantiene su apoyo a una política de no injerencia en los asuntos soberanos de Siria, puesto que lo contrario contraviene las normas internacionales.
Tras reconocer la divergencia existente entre su país y Catar sobre Al-Asad, el canciller ruso ha agregado que pese al desacuerdo sobre el futuro del presidente sirio, Doha y Moscú han acordado contribuir a la formación de una delegación de los grupos de la oposición siria que se reúna en la mesa de diálogo con las autoridades de Damasco.
Desde 2011, Siria sufre la violencia de grupos armados apoyados por países como Arabia Saudí, Turquía y Estados Unidos, que tratan, sin éxito, de derrocar al presidente Al-Asad.
Como consecuencia de la crisis siria, más de 250.000 personas han muerto, según cifras del opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres (capital británica), y unos 11 millones de sirios han sido desplazados, de acuerdo con las estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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