• Prueba de glucemia (nivel de azúcar en sangre), relacionada con la diagnosis de la diabetes.
Publicada: domingo, 4 de marzo de 2018 1:39

Durante los últimos veinte años se han distinguido dos clases de diabetes, 1 y 2, pero una nueva investigación ha hallado cinco, unas probablemente más peligrosas que otras, lo que podría ayudar a los médicos a diseñar tratamientos más personalizados y efectivos.

El artículo sobre el estudio se ha publicado en el último número del semanario médico británico The Lancet y parte de la incapacidad de la comunidad científica en los últimos lustros para mejorar la clasificación de la diabetes y frenar su avance —es la enfermedad que progresa más rápido en el mundo, señalan los autores—.

Hasta ahora, se ha clasificado a los enfermos de diabetes por su edad y por la presencia de anticuerpos que atacan las células beta (que segregan insulina), en cuyo caso se habla de tipo 1 (incapaces de generar insulina por sí mismos), y de tipo 2, que carecen de ese anticuerpo y cuyo cuerpo sí genera insulina, aunque no la usa correctamente.

En el segundo tipo se halla entre el 75 y el 85 % de los diabéticos, mientras que recientemente se ha hablado de un tercer subgrupo a los que se les diagnosticaría diabetes autoinmune latente en adultos (LADA, por su acrónimo en inglés).

Los autores del estudio ahora publicado, de las universidades de Gotemburgo y Lund, en Suecia, han estudiado seis variables en cerca de 15.000 suecos con diabetes de tipo 2: edad, índice de masa corporal, presencia de anticuerpos contra células beta, nivel de control metabólico, células beta funcionales y resistencia a la insulina.

 

A partir de ese estudio, han identificado cinco grupos con características distintas, de los que los dos más benignos se ven afectados por diabetes leve relacionada con la edad (MARD, por sus siglas en inglés) y diabetes leve relacionada con la obesidad (MOD).

Más graves son la diabetes de resistencia severa a la insulina (SIRD, por sus siglas en inglés), con el mayor riesgo de enfermedades diabéticas renales; diabetes de deficiencia severa de insulina (SIDD), que afecta sobre todo a jóvenes con mal control metabólico; y diabetes autoinmune severa, que se corresponde con el tipo 1.

De este modo, la SIDD y la SIRD serían dos nuevas formas identificables de diabetes “hasta ahora enmascaradas dentro de la diabetes de tipo 2”. Sabiendo que la primera presenta un mayor riesgo de retinopatía diabética, mientras que la segunda, como se ha mencionado, propicia problemas renales, debería poderse ahora elaborar tratamientos más eficaces.

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