“Estados Unidos y sus aliados de la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] siguen suministrando armas a Ucrania. Quiero señalar que cualquier convoy de la Alianza Atlántica que llegue al país con armas o material para las necesidades de las Fuerzas Armadas ucranianas será considerado por nosotros como un objetivo legítimo a destruir”, ha alertado este miércoles el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú.
Durante una videoconferencia con los funcionarios rusos, Shoigú ha dejado claro que “las Fuerzas Armadas de Rusia continúan la operación militar especial” en Ucrania y en estos momentos, junto a sus aliados de las repúblicas populares de Lugansk y Donetsk, amplían el control sobre los territorios de ambas regiones (este de Ucrania).
Además, el comandante de la Defensa rusa ha expresado que los militares bajo su mando toman medidas necesarias para garantizar la seguridad de la población civil, a través de abrir diariamente corredores humanitarios y declarar treguas para posibilitar la evacuación segura de los civiles de las zonas de combate.
¿Qué persigue Rusia en Ucrania?
Desde el 24 de febrero, Rusia ha estado realizando una operación militar en Ucrania, según reitera en numerosas ocasiones el Kremlin, para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania.
Este mismo miércoles, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, ha denunciado que el Occidente busca desviar la atención mundial del objetivo principal de la misión rusa en Ucrania, es decir, la existencia de fuerzas neonazis en este país europeo.
La diplomática señaló que Rusia trató en diferentes ocasiones de acaparar la atención de la comunidad internacional para alertar sobre el peligro del neonazismo en el territorio vecino.
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