“Las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa nunca planearon ni llevaron a cabo ataques contra instalaciones ucranianas donde se almacenan o producen sustancias tóxicas”, ha afirmado este martes el embajador adjunto de Rusia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Dmitri Polianski, durante una rueda de prensa.
Al expresar su preocupación por los recientes ataques en la ciudad ucrania de Sumi (noreste), Polianski ha subrayado que el Ejército ruso “asegura la seguridad de esos objetos en los territorios liberados de grupos radicales”.
El titular ruso, además, ha acusado a las tropas ucranias de realizar el ataque contra una planta química en Sumi, lo cual produjo el lunes una fuga de amoniaco.
Moscú ha advertido en diversas ocasiones que nacionalistas ucranianos preparan una “provocación” con sustancias tóxicas contra la población civil para luego culpar a Rusia del uso de armas químicas.
Desde el inicio de la operación militar especial rusa, que tiene como objetivo la “desmilitarización” y “desnazificación” de Ucrania, en total, Moscú ha destruido 230 drones, 181 complejos de defensa aérea, 1528 tanques y otros vehículos blindados, 154 sistemas de lanzacohetes múltiple, 602 obuses y morteros, así como 1312 vehículos militares especiales.
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