Un informe publicado el viernes por el medio estadounidense Bloomberg destaca que los S-400 rusos nunca se han usado en la batalla, pero ya han provocado un “caos geopolítico” y conflictos en el mundo, dado que “los expertos rusos buscan clientes en el mercado dominado por los fabricantes de armas estadounidenses”, explica.
En el este de Asia, La India ha expresado su interés en equipar sus fuerzas con los S-400 rusos ante el aumento de poder militar de China, y en la parte occidental del continente, tanto Arabia Saudí como Catar, cuyas relaciones se han deteriorado, están negociando con Moscú la adquisición de estos sistemas antiaéreos.
También Turquía, un miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), liderada por EE.UU., ha optado por los S-400, sin importarle las posibles sanciones de Washington. A estos países se suman Argelia, Bielorrusia, Irán y Vietnam, según cita Bloomberg.
Con esta política, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, no solo busca una ganancia multimillonaria, sino también “abrir una brecha” entre Washington y sus aliados, destaca la publicación.
Bloomberg, asimismo, destaca que los expertos han reconocido que los S-400 rusos tienen ciertas ventajas comparados con los sistemas estadounidenses de misiles antiaéreos MIM-104 Patriot; ambos son sistemas tierra-aire, capaces de derribar cazas y misiles balísticos, “pero los S-400 cubren mayor rango que los Patriot: 250 kilómetros frente a los 160 kilómetros” de Patriot. La nueva generación de los S-400, tiene incluso un alcance 400 kilómetros, añade la publicación.
Los S-400 cubren mayor rango que los Patriot: 250 kilómetros frente a los 160 kilómetros” de Patriot. La nueva generación de los S-400, tiene incluso un alcance 400 kilómetros, explica Bloomberg.
Los sistemas antiaéreos rusos, además, pueden operar en cinco minutos, mientras que los Patriots necesitan una hora para ser operativos. Los S-400 también están dotados con radares más poderosos para detectar y destruir objetos que se muevan con una velocidad doble.
No resulta extraño que haya cada vez más países que opten por los sistemas rusos, pues, con todas las ventajas mencionadas, cuestan un poco menos que los estadounidenses, matiza la publicación.
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