“No solo Siria exige el fin de esta operación. Rusia apoya esta demanda y proporcionará asistencia diplomática al Gobierno sirio”, ha asegurado el diputado Franz Klintsevich, citado por la agencia británica de noticias Reuters.
Por su parte, la embajada rusa en Turquía ha confirmado que el Ministerio turco de Exteriores ha convocado este sábado al embajador de Rusia para informarle del inicio de la operación militar de las fuerzas del Ejército de Turquía en Afrin, según ha anunciado la portavoz de la embajada rusa en Turquía, Irina Kasimova.
Pese a las advertencias del Gobierno de Damasco sobre la violación de su territorio, Turquía ha anunciado este sábado una nueva ofensiva contra objetivos en Afrin de las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo), apoyadas por Estados Unidos.
El Ministerio de Defensa de Rusia ha declarado en un comunicado que el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono), al suministrar armas a los grupos que apoya en Siria, ha provocado una escalada de la tensión en la región y la operación militar turca en el país árabe.
No solo Siria exige el fin de esta operación. Rusia apoya esta demanda y proporcionará asistencia diplomática al Gobierno sirio”, ha asegurado el diputado ruso Franz Klintsevich.
“La entrega de armas modernas, incluidos sistemas portátiles de defensa aérea (MANPADS, por sus siglas en inglés), por el Pentágono a las fuerzas apoyadas por EE.UU. en las partes norteñas de Siria ha contribuido a una escalada de tensiones en la región y ha resultado en el lanzamiento de una operación especial de las tropas turcas”, denuncia la Cartera rusa.
Después de Afrin, las fuerzas militares turcas se dirigirán a Manbiy, otra ciudad también en el norte bajo el control de las milicias kurdas, en específico, de las YPG, que forman parte de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), con vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo).
La tensión se ha disparado durante los últimos días en la frontera sirio-turca —en su mayoría controlada por las milicias kurdas—, después de que Turquía denunciara los supuestos esfuerzos de las YPG para crear un estado kurdo en la región norteña de Siria con el apoyo de la llamada coalición anti-EIIL (Daesh, en árabe), liderada por Estados Unidos.
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