El ejército israelí sostiene que los bombardeos estaban dirigidos contra objetivos de HAMAS, en represalia por disparos contra tropas israelíes que, según ellos, violaron el alto el fuego. Por su parte, HAMAS ha rechazado esas acusaciones, calificándolas de “intento transparente y débil” para justificar los ataques, y ha pedido a Estados Unidos que presione a Israel para que respete el cese al fuego.
Este episodio pone de manifiesto lo frágil que es la tregua vigente desde el 10 de octubre, mediada por Estados Unidos, ya que varias fuentes apuntan a violaciones mutuas. Aunque hay un cese al fuego, los ataques recientes evidencian que la calma no se ha consolidado y que la escalada puede volver en cualquier momento.
Estas muertes recientes reavivan la urgencia de mecanismos de supervisión más eficaz es sobre el alto el fuego en Gaza. A pesar de los esfuerzos diplomáticos, la escalada pone en riesgo no solo la vida de los civiles, sino también la propia viabilidad de la tregua. Si no se actúa para prevenir nuevos ataques, la paz seguirá siendo una meta precaria.
Huda Hegazi, Gaza.
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