En una rueda de prensa este jueves, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, se ha manifestado preocupado por algunas aproximaciones "en ocasiones de forma peligrosa" por parte de Rusia en la región del Báltico.
"Lo que vemos en el mar Báltico es un aumento de la actividad militar. Lo vemos en tierra, mar y aire. Esto solo subraya la importancia de la transparencia y de la predictibilidad para impedir incidentes y accidentes y garantizar que no se salen fuera de control y creen situaciones peligrosas reales", ha avisado Stoltenberg. "Pedimos a Rusia que sea transparente sobre sus ejercicios", ha reclamado.
Estas declaraciones del jefe de la OTAN se producen a escasos meses de los ejercicios a gran escala Zapad 2017, que Rusia tiene previsto llevar a cabo en septiembre en Bielorrusia y en Kaliningrado, entre Lituania y Polonia, por lo que preocupa mucho a los países en el flanco este.
Sus comentarios también vienen en el contexto de un reciente incidente en el mar Báltico, cuando el 21 del corriente un combatiente de la F-16 de esa alianza trató de acercarse al avión del ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, sobre las aguas neutrales del Báltico, por lo que fue interceptado por un jet ruso a escasos metros de distancia.
Lo que vemos en el mar Báltico es un aumento de la actividad militar. Lo vemos en tierra, mar y aire. Esto solo subraya la importancia de la transparencia y de la predictibilidad para impedir incidentes y accidentes y garantizar que no se salen fuera de control y creen situaciones peligrosas reales", ha avisado el secretario general de Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg.
Sin embargo, ante ello, Stoltenberg ha admitido: "La gran mayoría de las intercepciones en la región del Báltico se realizan de manera profesional y segura por parte de ambos lados, así que creo que es importante no mezclar intercepciones, que es un procedimiento normal para identificar aviones con situaciones peligrosas", ha dicho.
La situación de países occidentales con Rusia está particularmente crispada a niveles no vistos desde la Guerra Fría. De hecho, tras la crisis de Ucrania en 2014, los estadounidenses han multiplicado sus maniobras militares y patrullas marítimas, terrestres y aéreas en los países bálticos.
El viernes, las autoridades de EE.UU. se mostraron preocupadas por la construcción del centro humanitario ruso cerca de las posiciones de soldados estadounidenses en Nis, una zona entre la frontera de Kosovo con Serbia.
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