• El presidente de Rusia, Vladimir Putin, en Kremlin situado en Moscú, capital rusa, 6 de diciembre de 2016.
Publicada: miércoles, 7 de diciembre de 2016 16:09

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, asegura que las sanciones y la presión económica impuestas a su país persiguen ‘fines políticos’.

"Las restricciones económicas, la presión, las sanciones (…) se utilizan cada vez más con fines políticos", ha dicho Putin este miércoles, en declaraciones en que ha relacionado las restricciones impuestas a su país a una "estrategia de competitividad" del Occidente por mercados, tecnologías y capitales.

En este contexto, Putin ha enfatizado la necesidad de que Rusia responda a los riesgos planteados desde el exterior aumentando su potencial económico, “sin cerrarse a la economía mundial” e “incrementando su eficacia”. En concreto, ha instado a que Moscú alcance un ritmo de crecimiento económico superior al mundial en los años 2019 y 2020.

Las restricciones económicas, la presión, las sanciones (…) se utilizan cada vez más con fines políticos", declara el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Putin ha hecho estas declaraciones en el mismo día en que el Consejo de Seguridad de Rusia ha aprobado un proyecto de doctrina de seguridad económica para garantizar “la estabilidad estratégica de Rusia”, pese a los embargos de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) en su contra.

 

"El proyecto de doctrina ha sido aprobado y los desafíos y amenazas que recoge se tendrán en cuenta a la hora de redactar la doctrina de desarrollo económico y social de Rusia, entre otros documentos", ha dicho Nikolái Pátrushev, secretario del Consejo de Seguridad ruso.

La nueva doctrina responde a las sanciones que han impuesto EE.UU. y la UE por la divergencia que mantienen con Rusia sobre la crisis en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia. Las restricciones, sin embargo, han sido inútiles, según varios países occidentales, pese a lo cual Washington y el bloque europeo acordaron en noviembre mantener las sanciones a Moscú.

En reacción, el Kremlin ha prometido además prolongar “tanto como sea posible” su embargo —decretado por primera vez por Putin en 2014 para restringir la importación de algunos productos de EE.UU. y de la UE— sobre ciertos alimentos extranjeros en respuesta a las sanciones impuestas por el Occidente.

En esta línea, el primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, señaló en julio que las sanciones antirrusas se habían traducido en pérdidas para los países occidentales valoradas en 100 mil millones de dólares.

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