Tales discrepancias y diferencias de opinión muestran la división entre los miembros de la UE sobre los embargos contra Moscú.
Durante el encuentro de este sábado en la ciudad de Riga, capital de Letonia, los cancilleres europeos han mostrado poco interés en adoptar nuevas sanciones contra Rusia y han decidido apostar por la implementación del acuerdo de alto el fuego alcanzado en la ciudad de Minsk (Bielorrusia).
Sin embargo, los jefes diplomáticos de Polonia, el Reino Unido y los países bálticos han intentado presionar a los otros miembros de la UE para que se renueven los embargos contra Rusia y se adopten nuevas sanciones contra el país eurasiático.
Por otra parte, el ministro de los Asuntos Exteriores de Italia, Paolo Gentiloni, ha insistido en que no hay necesidad de extender o imponer nuevas sanciones contra Rusia, ya que los recientes acontecimientos en el este de Ucrania, como el retiro total de las armas pesadas por parte de los independentistas, evidencian que las dos partes tienen la voluntad de resolver sus diferencias mediante la vía pacífica.
El canciller austriaco, Sebastian Kurz, también ha coincido con su par italiano e invitado a la Unión Europea a “hacer todo lo posible para mejorar la situación” y después decidir sobre el futuro de las sanciones antirrusas.
Tales discrepancias y diferencias de opinión muestran la división entre los miembros de la UE sobre los embargos contra Moscú.
Con anterioridad también había indicios de divisiones entre los países de la UE sobre las sanciones contra Rusia, el principal proveedor de energía al bloque europeo.
Al mismo tiempo, varios analistas sospechan que los países de la Unión Europea han sido forzados por Estados Unidos a tomar posiciones hostiles hacia Rusia y sancionar a este país, ya que las medidas coercitivas impulsadas contra Moscú también afectan gravemente las economías de los países de la UE.
El Occidente justifica las sanciones económicas contra Moscú con la presunta involucración de Rusia en el conflicto del este de Ucrania que hasta el momento, según estiman organizaciones internacionales, se ha saldado con más de 6 000 muertos y decenas de miles de heridos.
Las sanciones antirrusas, alegan algunos analistas, han sido adoptadas como un mecanismo para obligar a Rusia a cambiar su línea política.
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