Uruguay cierra el año con leve optimismo. La economía no ha caído en recesión como se temía, ha conseguido mejorar levemente las cifras de empleo, y la conflictividad fue baja. A mitad de año, el Gobierno anunció un plan de ajustes presupuestario que provocó el rechazo de sindicatos y estudiantes.
El combate a la violencia, que ocupó decenas de portadas de periódicos y al que se le dedicó especial relevancia en la agenda presidencial, no tiene aún resultados palpables.
Miles marcharon bajo el slogan “ni una menos”, pero siguen pendientes medidas efectivas en la lucha contra la violencia hacia las mujeres.
En 2016 se recordaron los 40 años del Plan Cóndor, el triste plan de coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur. Los desaparecidos se siguen buscando, pero el silencio sigue imperando.
2016 ha sido también el año de la solidaridad internacional, en apoyo a la destituida presidenta de Brasil Dilma Rousseff, y también a Venezuela en el debate por la presidencia pro témpore del Mercado Común del Sur (Mercosur).
Uruguay termina el año 2016 con moderado optimismo respecto a su economía, pero con desafíos a largo plazo como la reforma de la educación, una verdadera política de cuidado del medioambiente y un desarrollo en el que toda la población sea beneficiada.
Eugenia Rodríguez, Montevideo.
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