“Este crimen confirma una vez más que el régimen de ocupación sionista sigue adelante con su plan sistemático de […] provocar hambruna y matanzas sistemáticas y selectivas de civiles indefensos, así apuntar deliberadamente a equipos de ayuda internacionales y organizaciones humanitarias y las ONGs”, afirmó el martes el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Naser Kanani, en la red X.
El horrendo ataque israelí con misiles se cobró el martes la vida de siete trabajadores humanitarios de la organización no gubernamental World Central Kitchen (WCK). Todas las víctimas eran ciudadanos extranjeros, excepto el conductor que era un palestino desarmado.
Los voluntarios estaban viajando por una “zona no conflictiva en dos vehículos blindados con el logotipo de WCK” y un vehículo normal en Gaza y sus movimientos estaban coordinados con las fuerzas israelíes, pero que fueron atacados después de salir de un almacén de ayuda en Deir al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza.
“Este enfoque inhumano pone de relieve claramente que el régimen sionista no cumple con ninguna de las normas y regulaciones internacionales, así como los estándares éticos y humanitarios universales”, agregó el vocero de la Diplomacia persa.
Aseguró además que “tales crímenes organizados ahondan el odio y la furia mundiales hacia el infame régimen sionista y sus aliados conocidos y aumenta la determinación de las naciones para apoyar al oprimido pueblo palestino ante el régimen opresor de Israel”.
Kanani se solidarizó con los allegados de las víctimas e insistió en que este “ataque sistemático” debería ser condenado a nivel mundial.
La organización humanitaria WCK, a su vez, calificó de “imperdonable” el ataque israelí y subrayó que lo ocurrido era “un ataque contra organizaciones humanitarias que se presentan en las situaciones más espantosas [en Gaza] donde los alimentos se utilizan como arma de guerra”.
Israel “debe poner fin a esta matanza indiscriminada. Tiene que dejar de restringir la ayuda humanitaria, dejar de matar a civiles y trabajadores humanitarios y dejar de utilizar los alimentos como arma. No más vidas inocentes perdidas”, sostuvo el chef español José Andrés, fundador de la WCK en X.
Más de 32 900 civiles palestinos han perdido la vida como consecuencia de la implacable ofensiva militar israelí contra la Franja, iniciada en octubre. Aunque Israel afirma que el conflicto busca destruir supuestamente el movimiento de Resistencia HAMAS, la matanza indiscriminada de civiles, ataques deliberados a almacenes de ayuda y trabajadores humanitarios y la destrucción generalizada de viviendas e infraestructuras del enclave muestran que el objetivo es lanzar una limpieza étnica contra el pueblo palestino.
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