El secretario del Alto Consejo para los Derechos Humanos de Irán, Kazem Qaribabadi, aprovechó el viernes un evento en conmemoración del Día Internacional de la Lucha contra la Islamofobia, en el contexto de la 55.ª sesión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra (Suiza) para hacer un llamado a los gobiernos y formuladores de políticas de todo el mundo a ratificar leyes e idear políticas que defiendan los derechos de los musulmanes y garanticen su total inclusión dentro de las sociedades.
Conforme al político persa, reforzar el diálogo interreligioso y promover el multiculturalismo también puede contribuir a la creación de un entorno en el que todos los individuos, de distintas culturas y religiones, se sientan valorados y disfruten de la participación, sin discriminación alguna.
“El propósito de este Día es fortalecer el entendimiento, promover la tolerancia y defender los derechos de los musulmanes”, dijo Qaribabadi y lamentó que miles de millones de musulmanes en el mundo estén expuestos a distintas formas de discriminación y prejuicios como consecuencia de la creciente ola de islamofobia.
“La islamofobia, que emana de la ignorancia y la información errónea, así como de acciones intencionales, se manifiesta de diversas formas, como incitación al odio, ataques violentos y discriminación institucionalizada y lamentablemente patrocinada por gobiernos”, detalló.
Qaribabadi denunció el aumento de la islamofobia en las últimas tres décadas, y dijo que el infame fenómeno ha surgido en diversas formas, incluidos los intentos de dañar la imagen de los musulmanes, la provocación de sentimientos islámicos, la publicación de caricaturas sacrílegas y libros profanos, así como la quema del Sagrado Corán.
Además, hizo hincapié en que el principio de libertad de expresión conlleva ciertas responsabilidades, como la necesidad de evitar la difusión del discurso de odio o la incitación a la violencia, por lo tanto, señaló que la islamofobia o cualquier otro ataque a los símbolos islámicos no significa la libertad de expresión, sino que “una forma de prejuicios que puede dañar” a las sociedades humanas.
Irán ha pedido una y otra vez acciones unánimes para combatir la islamofobia y advierte que el desprecio hacia las creencias religiosas y la promoción del odio religioso, amparados en argumentos de derechos democráticos y libertad de expresión, fomentan la discordia social y propician más violaciones a los derechos humanos.
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