Hosein Amir Abdolahian visitó este miércoles el campamento provisional establecido por la Media Luna Roja de Irán en la ciudad turca de Adıyaman, una de las zonas afectadas por el devastador terremoto que el pasado 6 de febrero sacudió el sureste del país vecino.
El máximo diplomático iraní observó de cerca las instalaciones proporcionadas por la organización persa para alojar a los damnificados y conversó con un número de los ciudadanos turcos, afectados por el seísmo.
“La Media Luna Roja y el Ejército de Irán han tomado medidas oportunas y muy eficaces en el campo de la investigación, la asistencia, el establecimiento de clínicas y la prestación de servicios médicos”, ha elogiado.
El titular iraní ha resaltado que desde su llegada a Ankara (capital turca), tanto los funcionarios como el pueblo del país vecino han expresado su agradecimiento y aprecio a Irán por la solidaridad y simpatía demostrada en momentos difíciles. “Esperamos que los musulmanes y el amable pueblo de Turquía superen esta crisis y esta fase lo antes posible”, ha dicho.
Cavusoglu: Irán estaba a lado de Turquía tanto como pudo
El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, durante una rueda de prensa conjunta que mantuvo en la misma jornada con su homólogo iraní, agradeció a Irán por la ayuda, acentuando que la República Islámica anunció su solidaridad con el pueblo y el Gobierno turcos inmediatamente después del terremoto.
“Irán envió un equipo de búsqueda y rescate de 150 personas a Turquía, que rescató con vida a 11 personas. También enviaron 14 aviones de ayuda humanitaria con 14 aviones, y establecieron un hospital grande en Adıyaman, además de enviar ayudas vía terrestre. Estuvieron a nuestro lado tanto como pudieron”, precisó.
Cavusoglu agregó que, durante su encuentro con Amir Abdolahian, Irán presentó unas propuestas para continuar con las ayudas: “Agradezco a los equipos iraníes por sus actividades fraternales”, declaró.
El 6 de febrero, dos terremotos de magnitudes 7,8 y 7,5 en la escala de Richter sacudieron zonas norteñas de Siria y sureñas de Turquía, dejando cientos de miles muertos y heridos, así como cuantiosa infraestructuras civiles y gubernamentales destruidas.
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