Las conversaciones nucleares entre Irán y los firmantes del acuerdo nuclear —excepto EE.UU. que salió del mismo— reiniciaron el sábado en Viena (capital de Austria) para poder salvar el convenio, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés).
Tras esos renovados diálogos, el vicecanciller para Asuntos Políticos de Irán, Seyed Abás Araqchi, quien funge como líder del equipo negociador iraní recalcó la misma jornada que Teherán no aceptará ningún pacto, a menos que se garanticen sus principios y “demandas clave”.
“Buscamos un buen acuerdo para la República Islámica de Irán y, en esta dirección, no tenemos prisa ni estamos perdiendo el tiempo. Es importante que en cualquier pacto [que alcancemos] se respeten los principios y criterios de la República Islámica”, subrayó Araqchi.
Para el diplomático persa, ya le toca decidir a los otros signatarios del acuerdo nuclear, pues, con anterioridad, Irán “tomó decisiones difíciles y se quedó en el PIAC”.
No habría una “conclusión final” en los próximos días
Araqchi destacó que Irán está dispuesto a seguir conversaciones de Viena hasta que las demás partes lleguen a una decisión, si bien se manifestó poco esperanzado en que se alcance esta semana una “conclusión final”.
Aunque el actual inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, no ha descartado la posibilidad de que su país vuelva a ser parte del PIAC, ha puesto condiciones para tomar tal decisión. De hecho, dice que, primero, Irán ha de retomar sus compromisos nucleares, los cuales redujo en reacción a la violación del acuerdo por parte de Washington y los países europeos.
Irán, por su parte, ha venido enfatizando en las conversaciones de Viena que no aceptará ningún compromiso más allá del acuerdo nuclear de 2015 e insiste en que todas las sanciones en su contra deben eliminarse, si EE.UU. desea volver al convenio, tras su retirada del mismo en mayo de 2018, bajo el mandato del entonces presidente Donald Trump.
Por todo ello, las autoridades iraníes ponen en duda la supuesta disposición de Washington a abandonar la política de ‘máxima presión’ de Trump y dejar de utilizar el terrorismo económico, término con el cual Teherán se refiere a las sanciones coercitivas de EE.UU.
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