“El Gobierno iraquí tenía conocimiento (de la medida iraní) y, tal y como el Gobierno iraquí ha confirmado, las Fuerzas Armadas y el Gobierno de Irak habían sido informados y definitivamente valoramos y respetamos plenamente la integridad territorial y la independencia de Irak”, ha indicado este miércoles Mohamad Yavad Zarif en respuesta al alegato de algunos países árabes de que el ataque iraní contra bases estadounidenses en territorio iraquí se considera la segunda violación al territorio del país árabe, tras la hecho el primero por Washington.
El canciller iraní ha aseverado que la operación de represalia de la República Islámica de Irán ha apuntado a bases implicadas en el ataque “catastrófico y criminal de Estados Unidos” que mató el viernes al general Qasem Soleimani y al subcomandante de las fuerzas populares iraquíes Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) Abu Mahdi al-Muhandis y otros militares iraníes e iraquíes
Irán, remarca Zarif, ha dejado claro que la seguridad del oeste de Asia deben garantizarla, en conformidad con el principio del “respeto mutuo y la integridad territorial”, todos los países de la región.
El jefe de Diplomacia iraní ha enfatizado que el ataque militar de esta madrugada solo ha sido una dimensión en represalia por el derramamiento de la sangre del mártir Soleimani, pero, ha advertido Zarif, “la dimensión verdadera de la venganza” se cumplirá “con el fin de la presencia de EE.UU. en la región”.
“Tal y como antes Daesh (acrónimo árabe del grupo terrorista EIIL) derramaba la sangre de nuestros mártires, hoy la derrama el más malvado del mundo; EE.UU. patrocinador de Daesh”, ha lamentado el canciller iraní.
Zarif se ha apersonado a la embajada de Irak en Teherán, capital iraní, donde ha firmado el libro de condolencias de las víctimas iraquíes, entre ellos Al-Muhandis, del atentado del viernes de EE.UU.
La madrugada de este miércoles (hora local), el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán ha atacado con misiles tierra-tierra la base aérea Ain Al-Asad, ubicada en la provincia occidental iraquí de Al-Anbar y ocupada por las tropas norteamericanas desde la invasión de Irak en 2003, y otra base en Erbil, capital de la región del Kurdistán iraquí.
El ataque lanzado con “decenas de misiles tierra- tierra” a la importante base aérea estadounidense en Irak se produjo después de que Irán prometiera tomar una “dura venganza” por el asesinato del héroe antiterrorista iraní, el teniente general Qasem Soleimani, el comandante de la Fuerza Quds del CGRI, en un ataque aéreo de EE.UU. en Irak.
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