“Expulsamos a dos diplomáticos neerlandeses como consecuencia de la expulsión ilegal de nuestros diplomáticos” de los Países Bajos el pasado mes de junio, ha dicho hoy lunes a los periodistas el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif.
El hecho de que uso el término “expulsión ilegal”, ha agregado Zarif, se debe a que las propias autoridades neerlandesas habían admitido que “no tenían ningún indicio creíble” que confirmara su acusación contra el Gobierno iraní, la cual utilizaron para echar a los diplomáticos persas.
Zarif ha confirmado que los Países Bajos han llamado hoy a consultas a su embajador en Irán. “Nosotros también tomaremos todas las medidas necesarias y esperaremos a ver el resultado”, ha agregado.
El 20 de febrero, el Ministerio iraní de Exteriores declaró “persona non grata” a dos diplomáticos holandeses en Teherán, capital persa, y les ordenó abandonar el país. El canciller holandés, Stef Blok, ha dicho este lunes que ambas personas ya han regresado a los Países Bajos.
A principios de enero, Ámsterdam acusó a Teherán de estar implicado en el asesinato en el territorio neerlandés de Mohamad Reza Kolahi Samadi. Este ciudadano neerlandés de origen iraní estaba acusado de plantar una bomba que resultó en el ataque más letal de la historia moderna de Irán.
La bomba mató en agosto de 1981 a 73 personas en la sede del Partido de la República Islámica en Teherán, y entre las víctimas mortales estaban el expresidente iraní Mohamad Ali Rayai y el ex primer ministro Mohamad Yavad Bahonar.
Expulsamos a dos diplomáticos neerlandeses como consecuencia de la expulsión ilegal de nuestros diplomáticos” de los Países Bajos el pasado mes de junio, ha dicho el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif.
La Fiscalía neerlandesa, responsable de indagar la muerte de Kolahi, dijo en junio a la agencia británica de noticias BBC que “la investigación no ha dado ningún indicio de participación de las autoridades iraníes” en el crimen.
La República Islámica de Irán, por su parte, ha tachado de “infundada” la acusación en su contra y ha denunciado que los Países Bajos albergan a miembros del grupo Muyahidín Jalq (MKO, por sus siglas en inglés) en su territorio.
El MKO, del que también era un miembro Kolahi, es responsable de la muerte a miles de civiles y decenas de responsables políticos iraníes desde el triunfo de la Revolución Islámica de Irán, en 1979.
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