“Las prioridades fundamentales de Irán son establecer la seguridad regional, erradicar el terrorismo, conservar la integridad territorial de todos los países de la zona, mantener la unidad, instaurar la paz y la estabilidad, y por último, neutralizar las amenazas enemigas”, ha destacado este sábado el portavoz de la Cancillería persa, Bahram Qasemi.
Además, Qasemi niega por completo las acusaciones infundadas y vacuas del canciller saudí, Adel al-Yubeir, contra la de hecho constructiva y positiva asesoría militar iraní en la lucha antiterrorista de los países de la zona, calificando dichas acusaciones de “repetidas y defraudantes”.
“Las prioridades fundamentales de Irán son establecer la seguridad regional, erradicar el terrorismo, conservar la integridad territorial de todos los países de la zona, mantener la unidad, instaurar la paz y la estabilidad, y por último, neutralizar las amenazas enemigas”, destaca el portavoz de la Cancillería persa, Bahram Qasemi.
“La presencia de los asesores iraníes en Siria, así como su apoyo espiritual y político a los pueblos indefensos de los países asediados por los grupos terroristas, tiene como objetivo mantener la estabilidad y la seguridad tanto a nivel regional como internacional”, precisa.
En este contexto, también llama a todos los países del Oriente Medio a adoptar un enfoque positivo y constructivo para devolver la seguridad y la paz a las naciones de la zona y poner fin a la matanza.
“Arabia Saudí es, de hecho, el país que debe cambiar su erróneo y contraproducente enfoque (…) y poner fin a su agresión militar contra niños y mujeres indefensos en Yemen y su apoyo a los grupos terroristas en diferentes países de la región y sobre todo en Yemen”, ha señalado Qasemi.
De acuerdo con el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, “sería mejor que Arabia Saudí reconsiderara su actuación en la región del Oriente Medio, dejando el delirio en favor de la razón”.
La República Islámica de Irán ha asegurado repetidamente que su asesoría militar en Irak y Siria es solo un deber islámico que se cumple a petición oficial de los gobiernos de dichos países.
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